Esto es una receta de
Gary Turner, de
Gay Parita Sinclair. Cuando estéis viajando por la ruta, comprad una de esas sodas de la 66 que venden en todas partes, pero no os la bebáis, conservadla con vosotros todo el viaje. Las hay de todos los sabores: naranja, cola, cereza, root beer (mi favorita)... todas están deliciosas, y el calor del desierto os tentará a abrirlas y beberlas, pero tenéis que ser fuertes.
Finalmente, cuando lleguéis al
Pier de
Santa Mónica, buscad un lugar donde vendan helados, pedid una tarrina de vainilla y bañadla con ese refresco que os ha acompañado durante todo vuestro viaje.
"Será el mejor helado de vuestra vida, uno que no olvidaréis nunca".
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Foto: Cris del Rey |
Y vosotros, ¿lo habéis probado? ¿Tiene razón el viejo Gary? Compartid vuestra experiencia con nosotros.
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